En obras de cierta complejidad o de presupuesto elevado, en las que cabe presumir que pueden surgir complicaciones o en las que será necesario tomar decisiones sobre la marcha relacionadas con las soluciones constructivas que puedan ser idóneas para resolver los problemas, es de todo punto recomendable contar con los servicios de un facultativo competente que asesore al respecto y ayude a resolver cuantas dudas puedan surgir a lo largo de todo el proceso. Evidentemente, es muy recomendable que, siempre que sea posible, dicho profesional sea independiente de la empresa contratada para la ejecución de las obras ya que es relativamente frecuente que surjan conflictos entre contratista y promotor y éste último puede necesitar un interlocutor que, en su nombre, defienda sus intereses ante la contrata.