Con frecuencia se cae en el inmenso error, sobre todo por parte de las comunidades de propietarios, de pedir ofertas para la contratación de obras, generalmente de conservación y/o de reparación de daños, sin tener una definición clara de los trabajos que se tiene que realizar. En numerosas ocasiones, detrás de esa forma de proceder puede haber ignorancia sobre como se debe actuar ante la necesidad de acometer obras pero, en otras muchas, lo que hay es una clara voluntad de reducir los gastos del proceso prescindiendo de una facultativo que oriente a ese respecto. Sin embargo, la experiencia demuestra que contar con el asesoramiento previo de un técnico cualificado, que se encargue de definir adecuadamente las unidades de obra necesarias y de calcular las mediciones no solo garantizará la idoneidad de la solución constructiva y de los materiales y marcas seleccionados sino que aportará una homogeneidad a las ofertas que posteriormente se reciban, haciendo que las ofertas o presupuestos sean verdaderamente comparables y consiguiendo, en muchas ocasiones, un importante ahorro a la comunidad de propietarios.